Como se dice en el argot por popular en un abrir y cerrar de ojos le pueden tumbar a uno todos sus ahorros. Por esto los bancos son las entidades que trabajan las 24 horas y los 365 días al año en evitar ser víctimas de robos o ciberataques.

Si bien es cierto, las entidades financieras trabajan en cómo protegerse también es fundamental que los dueños de cualquier producto en los bancos tomen medidas básicas para no perder su dinero. Con insistencia a través de mensajes y publicidad los bancos reiteran la importancia de proteger las claves de acceso y hacer el cambio de las mismas regularmente. Igualmente advierten del peligro de usar computadores en sitios públicos que pueden tener programas maliciosos o dejar rastros de transacciones.

Expertos en seguridad informática coinciden en señalar que hay escenarios que facilitan el trabajo de los “hackers” para meterse en los sistemas con fines ilícitos. Básicamente el camino que toman los delincuentes es buscar fallos en el software, la configuración de los equipos y sin duda esperan errores humanos, pues con solo hacer clic en un enlace de un correo electrónico infectado puede presentarse una violación grave de seguridad.

El tema es sumamente complejo, pues los delincuentes buscan permanentemente un agujero para vulnerar la seguridad, pero las empresas y en especial bancos tienen que dedicarse a tapar cualquier posibilidad de acceso no solo de una persona en especial, sino en muchos casos de intentos masivos desde diversas partes del país y el mundo.

Los ingenieros siguen por eso trabajando en cortafuegos y sobretodo en sistemas que permitan encontrar la “aguja en un pajar”, pues son tantos los ataques informáticos que es necesario identificar la prioridad de cada uno de los intentos de violación de seguridad y adoptar planes de contingencia de acuerdo a la peligrosidad o riesgo de los mismos.

Frente a la suplantación de identidad también son importantes los avances tecnológicos de la banca gracias a una alianza con la Registraduría, Asobancaria y empresas de seguridad digital para seguir fortaleciendo la implementación biométrica (por huella digital). En años anteriores para hacer transacciones en un banco sólo era necesario presentar la cédula de ciudadanía. Hoy día el registro de la huella está a la orden del día y ha podido reducir significativamente la suplantación de identidad.

Los estimativos de los expertos indican que las pérdidas por suplantación de identidad y fraudes bancarios superan los 40 mil millones de dólares por año.